Uruguay. 1930. Allí empezó todo.
Desde entonces los Mundiales de fútbol se han convertido en uno de los mayores
espectáculos del mundo. Empujados por la popularidad en casi todo el planeta
del balompié y adornados por la leyenda de grandes gestas y extraordinarios
jugadores, los Mundiales de fútbol son capaces de paralizar la vida de muchos
países.
Hoy comienza en Brasil un nuevo
Campeonato del Mundo. Treinta y dos selecciones parten con la ilusión de
escribir una brillante página en la Historia del fútbol. Sólo una selección se
llevará el trofeo y una estrella para lucir orgulloso en el pecho. Pero seguro
que quedan para el recuerdo grandes jugadores,
goles y anécdotas que reviviremos cada cuatro años. Porque cada cuatro la
ilusión vuelve a la cara de todos los que amamos este deporte.
Cuando Kempes marcaba para
Argentina en la final del ´78 frente a la Holanda de Cruyff y hacía a la
albiceleste campeona por primera vez, yo apenas tenía dos años. De este
Mundial, marcado por celebrarse bajo el régimen dictatorial de la Junta militar
de Videla, el “gol” de Cardeñosa y la segunda derrota consecutiva de Holanda en
una final, y de todos los anteriores, tengo que recurrir a vídeos y libros antiguos.
Imágenes con olor y sabor a
Historia. A leyendas escritas por los más grandes de este deporte. Las primeras
ediciones, impulsadas por Jules Rimet, y marcadas por la escasa participación
debido a las dificultades de desplazamiento entre continentes en aquellos años
y los boicots de algunos países, quedarán en la retina por ser el comienzo de
un espectáculo universal. El primer Mundial, ganado por Uruguay en su casa en
1930 en una Final contra Argentina. Los boicots de equipos sudamericanos y la política, que serán
elementos esenciales en los Mundiales de Italia´34 y Francia´38. Son los
inicios. La vieja historia de este deporte. En 1934 y 1938
Giusseppe Meazza lideró a una selección italiana que, aunque marcada por las
sombras del fascismo del “Duce” Mussolini (por imposición jugaron algunos partidos de negro, color del fascismo italiano), logró coronarse como bicampeona en
los preludios del desastre de la II Guerra Mundial. El espectáculo tuvo que
interrumpirse hasta 1950.
El fútbol, una vez acabada la
Guerra, volvía con energías renovadas. De nuevo en Sudamérica, Brasil acogió el
Mundial de 1950. Ningún aficionado al fútbol desconoce una de las mayores
gestas logradas por una selección en la historia de este deporte. Ningún
brasileño olvidará jamás la afrenta que once uruguayos provocaron al derrotar a
Brasil en el ya mítico “Maracanazo” (artículo sobre la victoria de Uruguay en Brasil´50). Para
los españoles quedará grabado el gol de Zarra. Durante décadas, la más ilustre
postal del fútbol español. En Brasil, nuestra selección acabó en cuarto lugar.
Hasta 2010, 60 años tuvieron que pasar antes de superar aquel puesto en un Mundial.
Suiza, país neutral en la Guerra ,
acogíó la “V Edición de la Copa del Mundo” en 1954.
Y en el Mundial de 1958, celebrado en Suecia, apareció un tal Pelé.......pero ya es cosa de la segunda parte de este artículo.
En breve
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